¿Qué opinará La 12 cuando Daniel Angelici tenga que 'blanquear' que Mauricio Macri quiere que Boca Juniors sea una sociedad anónima que, probablemente, él controlaría directa o indirectamente?
Ya se sabe que Rodolfo D'Onofrio se opone a que River Plate abandone su estructura jurídica de asociación civil sin fines de lucro.
Muy probablemente Hugo Moyano se opone para Independiente esa posibilidad. ¿Y Racing Club? Dicen que no está muy en claro lo de San Lorenzo de Almagro porque Marcelo Tinelli fue propietario ya de un club en España. Le fue mal en lo deportivo pero la estructura jurídica le apetecía.
La disputa por el fútbol como trasfondo de los cánticos en los estadios "Mauricio Macri, la puta que te parió", hit del verano 2018, ya había sido deslizada por Eduardo van der Kooy, columnista del diario Clarín. La novedad es que todo el operativo se encuentra mucho más avanzado, según detalles que trascienden.
En la Asociación del Fútbol Argentino no consigue mayoría Fernando Marín, el histórico'che pibe' de los Macri -con una familia numerosa que dice mantener, Marín soportó todo. Hasta cuando lo reemplazaron con Jorge Aguado-. Pero tampoco se desvela por lograr unanimidad porque confía en que hay otros mecanismos para modificar la voluntad de los dirigentes díscolos.
Marín fue gerenciador de Racing Club, logró un controvertido campeonato, y luego todo terminó en forma traumática. Macri intentó impulsar antes, en Boca Juniors, forma de inversión privada como un fondo de inversiones propietario de los jugadores, cuyas limitaciones jurídicas le provocó un fracaso anticipado. Estos topes se los impuso Julio Grondona, con quien nunca pudo lidiar Macri.
Grondona era un personaje temible: cuando Daniel Lalin, desde Racing, lo enfrentó en la cuestión de los derechos de televisación, se dice que Grondona influyó para encerrar a Lalín en una celda en los tribunales de Lomas de Zamora.
Pero Grondona ya no está, su sistema se encuentra muy cuestionado, los clubes argentinos en su mayoría son muy mal gestionados y Macri es Presidente de la Nación, en una república de estructura presidencialista. Además, Macri conoce las herramientas conque cuenta.
Por ejemplo, el Decreto N°1.212/2003, firmado por Eduardo Duhalde para asistir las finanzas de los clubes, que el entonces Presidente de la Nación conocía bastante bien por su cercanía a Banfield.
El 1.212 consiste en un régimen especial de aportes de los futbolistas y contribuciones patronales de los clubes: 7% en vez de 31%, aplicado sobre la venta de entradas, la transmisión de televisión y la transferencia de jugadores, quedando exentos ítems tales como los abonos de los socios y la publicidad.
El 1.212 fue la herramienta que utilizó el renunciante Alberto Abad cuando los clubes no acataban las órdenes de la Casa Rosada sobre quiénes debían seer los beneficiarios de los contratos de televisación. Abad conoce el 1.212 porque en 2003 él ya era director general de Administración Federal de Ingresos Públicos.
La web La Política Online recordó que Abad aseguró aquella vez que desde 2003 el Fisco había subsidiado a los clubes con $ 1.350 millones, y pidió subirles la alícuota a entre 10% y 29%.
El rumor es que el ministro de Trabajo, Jorge Triaca -el de la empleada doméstica asesora del Sindicato Obreros Marítimos Unidos-, es quien ahora enarbola el 1.212 para disciplinar a los clubes y pagarle a Macri que lo haya dejado dentro del gabinete cuando en cualquier país decente ya lo habrían enviado a su casa.
Triaca le habría explicado a Claudio Tapia, presidente de AFA, que el Estado pierde hasta $ 500 millones anuales por el 1.212, pero para mantener el statu-quo los clubes deben aceptar las exigencias de la Casa Rosada.
La web Doble Amarilla publicó un informe acerca de la situación:
“Tranquilidad que después del Mundial el camino estará allanado para el desembarco de las sociedades anónimas en el fútbol”, fue la frase que lanzó sin titubear un importante representante del Gobierno Nacional en una reunión que se realizó el viernes pasado por la tarde-noche en una quinta del oeste del Gran Buenos Aires.
Siete empresarios fueron los citados a este cónclave donde se debatieron las principales cuestiones legales, económicas y legislativas para que las empresas puedan constituir sociedades anónimas deportivas en el fútbol argentino.
Dos temas fueron los centrales en una tarde-noche que se presentó con vino y una picada elogiada por los asistentes en varias oportunidades al anfitrión. Los puntos salientes fueron las garantías jurídicas que reclaman los potenciales inversores y el debate sobre la acción de oro para los socios.
Con respecto al primer punto, los empresarios buscaron interiorizarse y mucho sobre las modificaciones jurídicas y legislativas que impulsará el Gobierno para que los inversionistas puedan explorar el mercado del fútbol argentino. La puerta a las SAD para que convivan con las sociedades sin fines de lucro actuales fue explicada por dos oradores que abrieron el abanico por todas las modificaciones que se impulsarán desde mayo hasta junio para llegar a julio con todo listo.
“Yo fui y soy empresario como ustedes y entiendo todas las preguntas pero Mauricio Macri es una persona seria y va a velar para que sus inversiones estén seguras”, afirmó un longevo exdirigente del fútbol devenido en vocero especializado del Gobierno en temas futbolísticos.
Los principales puntos de un proyecto de ley, que se mantiene bajo llave en el despacho de Nicolás Massot, y un boceto sobre ciertas normativas económicas fueron la presentación que el Gobierno preparó para estos siete interesados en invertir en el negocio del fútbol.
La otra cuestión importante que se debatió fue la acción de oro a favor de los socios de las futuras SAD. Es decir, si la normativa dejará en la masa societaria la posibilidad de vetar o habilitar cambios en ciertas cuestiones medulares de la institución. El proyecto de ley argentino toma varios rasgos del modelo alemán, se reservan los socios la decisión final sobre cuestiones que tengan que ver con modificaciones que afecten el "patrimonio histórico”. Por ejemplo, mudar al club de ciudad, cambiarle el nombre o mudar el estadio. “Todo va a quedar claro en las reglamentaciones y quédense tranquilos que en cuestión de inversiones y patrimonio van a poder hacer negocios”, fue la frase tranquilizadora por parte del Gobierno aunque los empresarios tienen sus dudas.
El único pedido enfático del Gobierno a los hombres de negocios fue que hagan todas las cosas como corresponde porque va a haber una lupa muy grande sobre aquellas primeras empresas que apuesten por estas SAD.
Las reuniones prometen repetirse en febrero y marzo con otros potenciales inversionistas para allanar el camino para el segundo semestre cuando el Ejecutivo espera el gran boom de las sociedades anónimas deportivas."
